Reconectando mis cables creativos
Consejos que me doy a mí misma para combatir el síndrome del impostor
Hoy me senté a escribir escuchando binaural beats. Esta semana para mi ha sido una montaña rusa de emociones. He estado muy arriba y muy abajo. Me he puesto a llorar de la nada pensando en crisis existenciales y luego me recupero y sigo con mi día. Me he cuestionado muchas cosas: ¿Por qué hago lo que hago? ¿Realmente soy feliz? ¿Me gusta vivir aquí? ¿Quiero ser mamá? La culpa quizás sea del eclipse, quizás de mi ciclo menstrual, o quizás de nada en específico.
Lo cierto es que he sentido mucho desorden en mi vida y me cuesta ordenarla. Siento que mi cuarto es un reflejo de mi mundo interno: tengo pilas de ropa acumulada en una silla y por más que intento guardarla, siempre se vuelve a acumular. A veces el desorden está en mi cabeza.
He estado invirtiendo mucha energía en integrar los cabos sueltos de mi universo creativo, pero los he sentido como cables desconectados, que no conducen ningún tipo de electricidad. Como que si los hubiera cortado con una tijera. Se desconectaron mis cables. No es la primera vez que me pasa y siempre termino encontrando la manera de volver a conectarlos a la fuente. Por cierto, hay un libro que me encanta que se llama así: The Source, o la fuente en español, se trata de la neuro-ciencia de la manifestación.
Mi falta de conexión afecta mi creatividad, y eso se refleja directamente en mi trabajo (redes sociales). Las tareas del día a día se me hacen muy pesadas: me sentado a editar videos por horas y solo me frustro porque no logro transmitir lo que quiero. He procrastinado y pospuesto iniciar nuevos proyectos porque siento que simplemente la cabeza no me da. No me siento creativa. Y aquí es cuando llega un viejo conocido (porque amigo no es): el síndrome del impostor.
Las redes sociales no me han ayudado mucho en esto. De hecho, creo que lo hacen peor. Cada vez que entro a Instagram me comparo con una persona diferente, sabiendo perfectamente que las redes sociales no son la realidad, y cada quien comparte únicamente los highlights de su vida. Mis pensamientos van así: que si nunca voy a ser tan buena fotógrafa, que si mi negocio nunca va a ser tan exitoso, que si mira todo lo que están creando todas estas personas que ni conozco, ¿Y yo? Aquí, paralizada. Con tantas ideas y proyectos en mi cabeza (hello, multipasiones) pero sintiéndome incapaz de llevarlas a cabo. Por lo menos esta semana no. Esta semana, mi cerebro se ha encargado de “cerrar” todos los procesos no esenciales y enfocarse en sobrevivir. Y más que preguntarme por qué, quiero enfocarme en cómo puedo ayudar a mi cerebro a salir de ahí. Hasta le he preguntado a ChatGPT consejos para recuperar la motivación. He leído, he escuchado podcasts, he pedido consejos. Y esto es lo que he rescatado, para volver a conectar mis cables creativos y dejar de sentirme como una impostora. Como muchos de mis posts, son consejos que escribo como un recordatorio para mí misma, y espero que te sirvan a ti también.
Back to basics. Para estar bien mentalmente, primero tienes que estar bien físicamente. Come bien, duerme suficiente, muévete, toma sol un ratito, hidrátate. Esto lo he estado haciendo bien. Resuelve las cosas que tienes pendientes. A veces para mi puede ser algo importante como ir a fisioterapia porque siento una contractura en la espalda, agendar una sesión de emergencia con mi psicóloga, o algo más pequeño como cortarme las puntas resecas del pelo, o hacerme mis chequeos médicos anuales.
Ordena tu espacio físico. La creatividad no florece en el desorden, aunque a veces trato de convencerme a mí misma de que si. Tengo un cuarto en mi casa que es “mi cuarto del desorden”: ropa que saqué para regalar y tiene meses ahí, cosas que no tienen lugar, cosas que tengo que devolver, etc. Quizás debo empezar por ahí. Ordenar mi espacio físico, sacar, limpiar y poner las cosas en su lugar, me ayuda a ordenar mi caos mental.
Bájale a las redes sociales. En serio. Es el consejo que está siempre presente. No lo justifiques con que entras a las redes a “inspirarte” porque casi siempre terminas comparándote. Cuando te sientes desconectada, estás más propensa a compararte y eso es prácticamente una invitación al síndrome del impostor. No tienes que ir al extremo de borrarlas, pero ponte límites, úsalas más para crear y no tanto para consumir.
Haz algo que te haga feliz. Vuelve a leer tu Dopamine Menu y agrega algunas de esas cosas en tus días. A veces tienen el potencial de cambiarte el ánimo por completo. Esto me suele pasar mucho con el ejercicio o salir a caminar, es como cambiar mi chip mental.
Reconecta con la Fuente. Para mi, la fuente es Dios. Toda la creatividad viene de Él. Si me siento desconectada, me ayuda mucho escribirle cartas, contarle mis problemas, tenerlo presente en mi día a día. Escribir cartas a Dios es mi terapia.
Permítete sentir las cosas malas también. Sé compasiva contigo. Hay temporadas buenas y otras no tan buenas, los árboles no florecen todo el año. Ayer escuché un podcast maravilloso, que me vino como anillo al dedo. En ese episodio, Erika de la Vega entrevista a Catalina Hoffman, una terapeuta ocupacional experta en neurofitness. Ella explica que cuando no te permites sentir alguna emoción negativa (rabia, tristeza, frustración o preocupación), y te dices a tí mismo que en este momento no vamos a lidiar con eso, el cerebro literalmente lo deja para después, creando una sinapsis muy fuerte, porque ahora también se tiene que acordar de lidiar con esto después. Básicamente se preocupa el doble, porque gasta mucha energía y capacidad mental en “recordarlo”, así que la emoción permanece ahí más tiempo del necesario. A veces solo hay que sentir las emociones en todo su espectro, llorar, patalear, frustrarte, y no tratar de estar bien siempre. Así como limpias el cuarto oscuro en tu casa, llorar y vivir la emoción es una forma de limpiar el cuarto oscuro de tu cerebro.
Rodéate de personas que te hagan olvidarte de las preocupaciones. Encuentra tu persona vitamina. Te recomiendo mucho este libro de la Dra. Marián Rojas Estapé, una de mis autoras favoritas. Hay personas que simplemente nos bajan el estrés. Yo trabajo desde mi casa, y a veces suelo enfrascarme mucho en mi soledad, que disfruto bastante, pero siempre me doy cuenta que hay personas que me recargan. Tu círculo social es demasiado importante. Busca esos momentos de conexión con alguien que sea especial para ti.
A veces solo basta con dar un pasito. Suelo sentirme abrumada por la cantidad de posibilidades como multi-pasional. Hay muchas cosas que me gustan y muchos proyectos que quiero cumplir y me cuesta dividirlos en pasitos más pequeños. Entra la ansiedad de querer hacer todo a la misma vez, y ya ver mis proyectos terminados. Esto me termina paralizando y procrastino empezar. Pero a veces simplemente hay que pensar en esa primera acción, por muy insignificante que parezca, ese pasito es el que poco a poco te va a acercar a tus sueños más grandes. El primer paso en la dirección correcta, una vez escribí sobre eso.
Sé que aquí me leen muchas personas creativas que probablemente pasan por este proceso también, así que si tienes otros consejos para combatir el síndrome del impostor, o para volver a conectar tus cables, me encantaría leerlos en los comentarios.
Con amor,
Adri
Muy bueno, a todas nos pasa. Está semana parece que es muy común, yo también estuve con llantos intempestivos. Igualmente es importante ser benevolente contigo misma, evitar los chicles mentales, menú de dopamina, caminar, sol, llorar si hay que llorar, todo es temporal. Y si, el desorden en tu casa siempre influye en el de tu cabeza, yo antes era muy desordenada, pero hace años que supe que solo el hecho de hacer la cama y no procastinar los pequeños desordenes en mi depto ayudan a crear una jornada diaria más feliz y armoniosa. No dejar que el desorden de tu hogar se acumule es muy importante. Saludosssss.
Hola Adriana! Sí, creo que a todas las personas creativas nos sucede más o menos lo mismo en algunas ocasiones... se nos desconectan los cables creativos. Sobre todo si nos ganamos la vida con ello, de manera que aumenta la presión por mantener a diario el ritmo creativo.
Pero creo que la creatividad no funciona tan así, de forma tan constante. Creo que es cíclica, y además está sujeta a muchos factores que también son inevitablemente cambiantes (estado físico de salud, estado mental, nivel de energía, hormonas...).
Yo, por si te sirve, cuando me noto con la creatividad apagada, trato de soltarlo todo. Suelto todas las presiones y auto-exigencias, y me doy permiso para no hacer absolutamente nada que no me apetezca durante un buen rato (pero de verdad).
Creo que es el exceso de presión lo que me desconecta de la Fuente, el estar sosteniendo demasiadas cosas (pensamientos, emociones, tareas, preocupaciones, etc.). Así que lo suelto todo, como si dejase caer al suelo todo el peso de mi vida, y me tumbo a "nadear" todo el tiempo que necesite.
Curiosamente, al hacer eso no suelo tardar en volverme a sentir conectada. 😊
Un abrazo grande! Y ánimo, que volverán a conectarse tus cables, seguro!