Seamos honestos: vivir de tu creatividad y de tus pasiones es un sueño que muchas veces idealizamos sin considerar todo el trabajo que hay detrás. Y con trabajo no solo me refiero a lo que haces en el día a día sino también al trabajo personal, espiritual y físico que hay detrás de una vida creativa ‘exitosa’.
Si eres nuevo por aquí, soy fotógrafa, escribo, hago contenido para redes y trato de darle espacio en mi vida a cada una de mis pasiones. He pasado por múltiples crisis (yo las llamo las crisis de las multipasiones), esas en donde no sabes qué hacer o hacia donde ir porque te gustan muchas cosas y te sientes abrumado por las infinitas posibilidades. Es un tema recurrente en mi vida, y algo que hablo con mi psicóloga constantemente. Si eres una persona creativa, te recomiendo muchísimo ir a terapia o buscar algún mentor certificado que te ayude a aclarar el panorama cuando todos tus cables se enredan. Creo que esa es una de las razones por las que este Substack se llama ‘Terapia Creativa’, porque es aquí donde integro mis aprendizajes de la creatividad y la vida en general.
Siempre en Diciembre busco evaluar cómo fue mi año en cuanto a trabajo, para así ver qué quiero llevarme al año siguiente y qué quiero cambiar o hacer diferente. Hoy, después de una larga sesión de escritura y cartas a Dios, abrí mi journal de cuando empezó este año y me encontré con varias joyitas. Me encanta esta práctica porque muchas veces me doy cuenta de todo lo qué he aprendido y mejorado al pasar los meses. Leer mis journals anteriores es como meterme en la cabeza de la Adri de ese momento, y muchas veces termino asombrada de cuánto han cambiado mis patrones de pensamiento.
Por eso quiero hoy hacer un resumen de todas mis lecciones creativas del año para así integrarlas y no olvidarme.
Un tema recurrente es que hay cosas de mi trabajo actual que no me encantan hacer. Esto desencadena muchas pequeñas y grandes crisis. Ya he escrito sobre hacer lo que amas vs. hacer lo que te sostiene, y no es algo inmediato, sino un proceso largo para que lo que amas se pueda convertir poco a poco en lo que te sostiene. Para mi, lo que amo es la fotografía (entre otras cosas como escribir en este Substack, pero todavía no estamos ahí). Lo que me sostiene, es crear contenido para clientes en redes sociales. A principio de año, mis ingresos estaban 90% enfocados en mis clientes de redes sociales y había dejado un lado a la fotografía. Hoy, mis ingresos de fotografía están casi igualando a los de redes sociales, y esto es sumamente importante para mi, porque aunque aún no estoy donde quiero estar, sé que estoy en camino. Qué importante es darse cuenta y ponerlo en palabras, para así tener un plan hacia donde ir, e ir concentrando tus esfuerzos en día a día, poco a poco hacer más de las cosas que te gustan. Claro, esto no hubiera sido posible sin lo que voy a mencionar en el siguiente punto.
Delegar. Delegar algunas tareas de mi trabajo del día a día ha sido la mejor decisión que tomé este año. Contraté una chica que me ayuda a editar los videos para redes. En algún momento me sentía saturada con tantos reels para editar, y comencé poco a poco a delegar estas tareas a una persona que lo hace mil veces mejor que yo (y más rápido). Me di cuenta de todo el tiempo que estaba perdiendo en hacer algo que NO está en mi zona de genio, y eso no tiene precio. Esto me ha permitido liberar tiempo para hacer lo que realmente sí me gusta y en lo que soy buena. También me ha permitido tener más clientes simultáneamente. Mi meta para el 2025 es delegar aún más tareas. Siempre me recuerdo a mí misma: que sepa hacer algo, no necesariamente significa que tengo que hacerlo todo.
Ordenar mis finanzas. He estado trabajando mucho en mi relación con el dinero y en sentirme merecedora de lo que cobro. Siento que como creativos es difícil para nosotros poner un precio a nuestro trabajo, porque es algo subjetivo y sumamente cambiante en distintas ciudades, países, e incluso ámbitos sociales. He aprendido a lo largo del tiempo que no hay un precio que esté bien o mal. Que lo que es ‘barato’ para ti puede ser ‘caro’ para otra persona. Y vice versa. Por eso es importante sentarte a ordenar tus finanzas. Establece tus gastos fijos, y tus gastos variables. Mira cuánto necesitas para cubrir todas tus necesidades, y ahorrar para emergencias. En base a eso, calcula cuantos clientes necesitas para estar tranquilo. Si por ejemplo, necesitas $2000 al mes, no es lo mismo tener 4 clientes de $500, que 10 clientes de $200. Por mucho tiempo estuve atascada en el cobrar menos para así tener más clientes, pero eso solo me llevó al cansancio, al burnout y a resentir a mi trabajo y mis clientes. Cuando ajusté mis precios y no acepté que los negocien, empecé a trabajar mejor y a atraer a los clientes que necesitaba. Puedo decir que termino el año con muchísimo más orden en mis finanzas y satisfacción por haber hecho ese trabajo.
Decir que no y poner límites. Este punto está muy relacionado con el anterior. Es algo con lo que aún batallo. Soy people-pleaser por naturaleza y me cuesta decir que no. Siempre trato de amoldarme a la gente, y a sus necesidades, incluso si tengo que dejar de lado las mías. Hace tiempo escribí un post sobre esto, y considero que aún sigo en ‘rehab’ de complacer a los demás. Pero poner límites es TAN necesario, especialmente si eres creativo. Y no solo en el trabajo, sino en todos los ámbitos de mi vida. Muchas veces me he dado cuenta que a veces ni yo misma respeto mis límites porque no tengo muy claro cuáles son, así que este año he estado trabajando en definirlos y respetarlos YO. Es un trabajo difícil, no voy a mentir. Siempre trato de ser más clara y asertiva, así que es algo que quiero seguir mejorando para el año siguiente.
Mi bienestar es la base. He hablado muchas veces en este espacio sobre la importancia de tener una rutina, cuidar tu salud, hacer ejercicio, comer bien, dormir suficiente. Considero que todos son pilares para vivir al máximo. Especialmente si tienes un trabajo creativo, que muchas veces demanda muchísimo de ti. Este año retomé el ejercicio de fuerza y resistencia, que había puesto en pausa durante un período de mucho estrés en mi vida. Y al retomarlo me di cuenta que mientras más me movía, menos cansada me sentía. Muchas veces pensamos que estamos muy cansados para hacer ejercicio, pero realmente hacer ejercicio te da mucha más energía para no estar cansado. Se ha convertido en mi no-negociable nuevamente. Priorizar mi salud y mi bienestar ha tenido un impacto positivo en mi creatividad. Y aunque no es algo constante a lo largo del año, porque somos seres cíclicos y vamos a tener temporadas mejores que otras, he sentido mucha más estabilidad últimamente.
No pasa nada si te tomas un break de redes. Las redes sociales y yo. Una historia de amor/odio. Por un lado las amo porque me permite expresar mi creatividad y mi punto de vista, dar a conocer mis servicios y mi negocio y conectar con personas increíbles. Por otro lado las odio porque me roban mucho tiempo. Esto se ve especialmente exacerbado por el hecho de que literalmente trabajo en redes sociales y los límites son muy difusos. Hay veces que ya ni sé cuándo estoy trabajando y cuándo no. Aunque este año no logré desconectarme al 100% por varios días, siempre es algo que recomiendo hacer, y lo pude hacer aunque sea los fines de semana, o uno que otro día. Otra cosa que me pasó este año fue que tuve una desmotivación profunda por publicar contenido en mi cuenta personal. ¿Adivina qué? Nada pasó. Me di permiso para tomarme el tiempo que necesite para volver recargada. Algo que sentí es que como fotógrafa, cada vez que subía fotos de mi trabajo en mi cuenta personal no llegaba a mucha gente, pensé que tenía que subir videos cortos y en tendencia para ser relevante. Me di cuenta que esto era un pensamiento limitante. Hace un par de meses decidí no prestarle atención al algoritmo y publicar LO QUE ME DE LA GANA. Y mi engagement mejoró. Dejé ir ese ‘mandato’ de únicamente publicar reels y comencé a compartir más fotos y carruseles. Empecé a conseguir muchísimos clientes con esto. Usé las colaboraciones a mi favor. Y en Tiktok, tengo meses sin publicar un video y aún me siguen muchas personas cada día, encuentran mi contenido, y lo más importante, encuentran este Substack, que en este momento de mi vida, es mi plataforma favorita.
Sé constante y paciente con lo que amas. Ya que tocamos el tema, este Substack para mí ha sido de las cosas más lindas de este año. Y eso creo que es porque entré aquí sin muchas expectativas, solamente compartir más de mi proceso. En otras redes sociales el foco está en crecer, en conseguir más seguidores, en publicar más contenido, en cambio aquí, todo parece ir con más calma. Puedo ser contante sin quemarme. Puedo dejar de publicar un mes, y aún ser bien recibida cuando vuelvo. El foco está en la hermosa comunidad que me lee y no en el número de seguidores, sin embargo, me he encontrado con la agradable sorpresa de haber superado los 1000 suscriptores este año, sin hacer un esfuerzo loco. Simplemente siendo yo. Creo que eso es la lección más importante del año: ser constante y paciente con los espacios que me permiten ser yo. En el mundo digital es Substack, pero en el mundo ‘real’ quizás puede ser una amistad, un grupo, un lugar especial, o incluso tu familia. Empezar a valorar eso y a agradecerlo es como quiero terminar este año.
Si llegaste hasta aquí, gracias por compartir este año conmigo. Nunca doy por sentado que me leas, de hecho, es uno de mis grandes sueños hecho realidad.
Con amor,
Adri
Adri, te leo gracias a que el algoritmo se substack nos presentó y estoy muy agradecido por tu generosidad al compartir. Hay temas que sentía que no tenía alguien con hablar al respecto y tú has escrito entradas que se sienten como si me estuvieras leyendo la mente. Gracias por generosidad!
me hablas del alma, literal.
que bello saber que es possible siendo uno mismo
y de seguir un camino propio sin venderse con aun poder
pagar lo que requiere para vivir (y ojala un poquito mas)
a por redes mas como esta, gracias