Lo que amas vs. lo que te sostiene
Reflexiones sobre el trabajo, amar lo que haces y la zona de genio
¿Alguna vez pensaste cuál es tu trabajo ideal? ¿Hay algo que te guste tanto hacer, que no puedes creer que te pagan por hacerlo? A mi me pasa eso cuando tomo fotos. No cualquier tipo de fotos, sino esas que me prenden los ojos en estrellitas y me hacen sentir que soy muy afortunada por trabajar en algo que me gusta. También me pasa cuando escribo. Sin embargo, ese tipo de fotos no son mi día a día, y tampoco me pagan por escribir. En este momento no puedo confiar únicamente en lo que me gusta hacer para sostenerme. Es decir, no me da la suficiente cantidad de dinero para cubrir todos mis gastos fijos. Por lo menos no en el entorno socio-económico en el que estoy. Además, es una carrera un poco inestable, porque las fotos no son una necesidad básica y es lo primero que la gente recorta de sus presupuestos en momentos de crisis. Esto me ha llevado a explorar otras formas de ganarme la vida.
Ser multi-potencial me lo ha facilitado mucho, porque hay muchas cosas en las que soy buena, aunque no necesariamente son cosas que me gusta hacer. La verdad, es que a nadie le encanta trabajar, ¿Cierto? La palabra en sí ya tiene una connotación bastante pesada, Vik Arrieta escribió sobre el tema en un post brillante que puedes leer aquí.
Para no depender exclusivamente de la fotografía, he buscado trabajo haciendo otras cosas como contenido para redes sociales, manejo de cuentas de Instagram para marcas, fotos y reels de productos y servicios. ¿Me encanta hacer esto? Definitivamente no. Pero lo hago muy bien. Y es lo que me sostiene. Gracias a eso, puedo cubrir mis gastos fijos y dedicar el resto de mi tiempo “libre” a las cosas que si amo hacer.
Hay un libro llamado The Big Leap que cambió mi forma de ver mi trabajo. Te recomiendo mucho que leas el libro y hagas los ejercicios que vienen en él. En este libro, el autor Guy Hendricks explica que existen 4 zonas:
La zona de incompetencia, son todas esas cosas que no se te dan nada bien. Son esas cosas que te aburren, no te gustan, o simplemente no te salen bien.
La zona de competencia, son todas esas cosas que haces moderadamente bien, o que las haces pero no te gustan ni te interesan mucho.
La zona de excelencia, el autor la describe como la más peligrosa. Porque son esas cosas en las que eres MUY bueno. Tan bueno, que te sientes cómodo. Pero acá es muy difícil que seas feliz haciéndolas. Siempre va a haber algo que no te termina de convencer porque no te sientes satisfecho. Estás cómodo, pero no necesariamente feliz.
La última zona, es la zona de genio. Son todas estas cosas que AMAS hacer. Que prenden fuego en tu corazón. Que hacen que te brillen los ojos cuando hablas de ellas. Quizás son cosas que no te sostienen, pero te llenan tanto el alma que no te importa. Es en esta zona en donde encuentras tu propósito y tu verdadero llamado en la vida, si es que crees en eso.
¿El problema? Muchas veces dejo que lo que me sostiene (que es mi zona de competencia/excelencia) se apodere de mi vida y de mi tiempo, y no le dedico suficiente tiempo a lo que amo (mi zona de genio), y lo que, en mi opinión, le da sentido a mis días.
La meta a corto/mediano plazo: dedicarle la misma cantidad de tiempo a ambas cosas, para poder sostenerme, mientras hago crecer lo que amo, y que en algún momento, lo que amo se pueda convertir en lo que me sostiene.
Para hacer eso, tengo que poner ciertos límites a lo que me sostiene en este momento, porque si no lo hago, me consume. El punto es no dejar que se convierta en mi 100%. Algunos de esos límites:
No dedicarle todo mi tiempo. Al ser freelancer, es difícil poner horarios, pero es necesario para poder trabajar equilibradamente. Así como en un trabajo de oficina te vas a cierta hora, en un trabajo freelance también.
No amargarme. Muchas de mis frustraciones del día a día vienen de mi trabajo que me sostiene, de mi zona de competencia. Suelo tomarme este trabajo muy personal, porque también involucra mi creatividad, pero he aprendido que en realidad no es tan personal, que tengo que separar mis emociones de mi trabajo, para poder vivirlo más livianamente.
El mínimo esfuerzo. Con esto no quiero decir que hago un trabajo mediocre, sino que si hay algo que puedo hacer con el mínimo esfuerzo para que quede bien, así será. No quiero que suene egoísta, pero no puedo poner tanta energía en construir y crecer los sueños de otras personas y quedarme sin energía para trabajar en los míos propios.
Recordar que es temporal. Yo tengo la decisión de seguir o dejar un trabajo (bueno, el cliente también). Pero estoy ahí porque así lo elijo. Y ningún trabajo es para siempre, por lo general, suelen ser proyectos temporales.
Delegar si es posible. Me gustan mucho las redes sociales, y llevo años trabajando con ellas, sin embargo, a medida que van cambiando, van exigiendo mucho más. Por ejemplo, antes Instagram era solamente subir fotos lindas con un caption. Ahora todo es en video. También tienes que pensar en stories, reels, carruseles. Es mucho. Y al tratar de hacer todo sola me ofusco. Descubrí que puedo delegar ciertas tareas que no me encantan (y en las que no soy muy buena, son de mi zona de competencia llegando a la incompetencia ) como editar videos, o diseñar posts. Eso me libera un montón de tiempo y de energía, y da lugar a que yo pueda enfocarme en las cosas que si me gusta hacer. O que tenga más tiempo para mis propios proyectos.
El error que cometemos muchos emprendedores es querer vivir de lo que amamos desde el día 1, sin tener nada que nos sostenga. Ya lo intenté hacer y créeme, no salió nada bien. Era mayor la preocupación por no poder cubrir mis gastos fijos. La realidad es que lo que amas te puede sostener, pero no es algo que se construye de un día para otro. Por lo general requiere tiempo y esfuerzo, y si le pones toda la presión a lo que amas, vas a terminar resintiéndolo. Por ejemplo, a mi me encanta escribir acá en Substack, pero si lo hiciera queriendo “vivir” de esto, y que sea mi única fuente de ingreso, solo me traería frustración, porque estaría creando desde un lugar de desesperación. Si me enfoco en hacer crecer mi comunidad mientras tenga otra cosa que me sostenga, en algún momento lo voy a lograr, si es que soy constante. Pero no puedo iniciar exigiéndole eso.
Si estás en un camino parecido, te comparto las preguntas que me ayudaron a mi, después de muchas horas de pensar y escribir en mi journal, a tener más claro el panorama en cuanto a lo que quiero profesionalmente. También te recomiendo que, si puedes, lo trabajes de la mano de un coach o terapeuta.
¿Cuál es tu trabajo ideal? ¿Qué es eso que amas?
¿Qué es lo que te sostiene en este momento?
¿Cuántas horas al día le dedicas a lo que amas y a lo que te sostiene?
¿Cómo puedes hacer más espacio en tu vida para hacer lo que amas?
¿Cuáles límites debes poner a lo que te sostiene para no dejar que se convierta en tu 100%?
Esto me ayudó infinitamente a ver cómo estaba dividiendo mi tiempo, a ser consciente de lo que estaba haciendo y ver qué cambios podría hacer. También a ponerme límites a mí misma.
Libros que me han acompañado en este proceso:
Design your work life y Design your life
Me encanta leer sobre este tema, si tienes algún libro para recomendarme, déjalo en los comentarios. O alguna anécdota, también me gustaría leerla :)
Con amor,
Adri
No sé si has leído “4000 semanas” de Oliver Burkeman. No es específico del trabajo pero es bastante bomba saber las semanas que te quedan y en función de ello, decidir qué vas a hacer con tu tiempo 😍
Me encanta! A mi me encantaría hacer coaching a personas que les cuesta compaginar los tres pilares de trabajo, familia y personal.. no me dedico a tiempo completo porque como dices no me sostendría de la misma forma que lo hace mi actual trabajo. Y siendo honesto me gustaría hacerlo de corazón y no por dinero.
Otra cosa, va muy alineado con lo que dices y suma una perspectiva diferente, si te apetece: https://radreads.co/10k/