Hoy decidí no agarrar el teléfono apenas me levanté para demostrarme a mí misma que sí puedo hacerlo. Anoche estaba tan cansada que me dormí sin ver la hora, algo que normalmente nunca hago porque siempre trato de calcular mis horas de sueño, y me preocupo, quizás demasiado, por dormir mis 8-9 horas completas. No ver la hora antes de dormir también fue un logro para mi. De cierta forma, ver la hora me esclaviza. Tengo un problema con el tiempo y siempre pienso que estoy a la merced de él, sin poder tener ningún tipo de control. Me cuesta mucho la organización y la puntualidad, y por lo general soy muy exigente con la cantidad de cosas que creo poder hacer en cierto período de tiempo. Me pongo muchas tareas en mi to-do list sin darme cuenta que es poco probable que las termine todas en un día. Y además procrastino cada una de ellas, lo que me da una sensación de no saber a dónde se me va el tiempo.
Algo que creo contribuye mucho a esto es que siento que el tiempo se me escurre de las manos cuando uso el celular. Por eso hoy sé que el tiempo es mi bien más preciado, lo cuido mucho y me obsesiono en no dejar que pase desapercibido. Pero igual a veces pasa tan rápido, más rápido de lo que me gustaría. Esto me pone a pensar mucho en ¿qué estoy haciendo con mi tiempo? Ya que es limitado, finito y veloz. ¿Estoy dándome el espacio necesario para hacer lo que me gusta y todo aquello que quiero hacer? Porque el tiempo está ahí, siempre está, sin dejar de moverse él. El tiempo no espera por ti. Eres tú quien decide si lo vas a honrar, a aprovechar, a disfrutar, o si por el contrario dejas que pase como un tren, o peor aún, lo resientes porque sientes que va muy rápido y te deja atrás.
Esto lo escribí en mi journal esta mañana, cuando sentí que pude tomar un poco el control del tiempo al no dejar que “se me escape” estando en el celular. Recomiendo 100% dejar pasar una hora antes de ver tu celular en la mañana. Además está demostrado, que cuando ves el celular apenas te levantas, tus ondas cerebrales se alteran, y tu cortisol se eleva más de lo necesario. Como este año estoy en búsqueda de bajar mi cortisol naturalmente, uno de mis nuevos hábitos para incorporar en mi rutina mañanera es precisamente este, y me sorprende ver cómo cambia mi percepción del tiempo al ser más consciente de mis distracciones.
Te dejo este poema que le escribí al tiempo y te invito a qué pienses en qué inviertes el tuyo, y en qué te gustaría invertirlo más.
Tiempo
Como un tren sin frenos
vas por la vida
sin apurar a nadie,
sin muchas expectativas.
Algunos te resienten
porque creen que nunca
eres suficiente.
Algunos te temen
y se obsesionan contigo,
mirando el reloj
con cada latido.
Algunos te cuidan
y no quieren que pases
pero la verdad es que tú
no esperas a nadie.
Y algunos otros creen
que son tus esclavos,
y que en la historia de su vida
tú eres el villano.
Pero siempre estás ahí,
no pasas desapercibido.
Tú eres el que causa
todo lo vivido.
Eres limitado, veloz y finito.
Eres el tesoro que más necesito.
No dejas de moverte,
no esperas por mi,
soy yo la que decide
cuál será tu fin.
Si te voy a honrar,
a aprovechar y disfrutar
mientras estemos ambos aquí.
O si me voy a obsesionar
con que algún día te tendrás que ir.
Con amor,
-Adri
Adriana, gracias por compartir. Es bueno y sano reconocer que los consejos y tips los manejamos todos, pero que en el fondo se trata de conocer y regular lo que sentimos. Creo que lo sanador está en buscar el origen de las ansiedades que tenemos, sin olvidar las presiones sociales que nos caen (o nos imponemos nosotros mismos).
Adri, gracias por compartir verdades tan íntimas. Creo que muchas nos hemos sentido - o nos sentimos - así y a veces resulta difícil ponerlo en palabras. No se si lo leíste ya, pero te recomiendo el libro de 4000 semanas de Oliver Burkeman, trata este y otros muchos temas relacionado con la gestión del tiempo. Bien expuesto y bien argumentado...te abrazo!!