Siempre cuando tengo un viaje por delante, empiezo a apreciar mucho más mi rutina, mi casa, mi cama, mi perro. Estoy cómoda. Me siento cómoda. Estoy en mi zona de comfort.
Pero cuando estoy “aquí” pienso tanto en irme. Así de complicados somos los humanos. Vivimos en un constante loop de insatisfacción (ya escribí sobre esto hace algún tiempo). Pero hoy no quiero hablar tanto de la insatisfacción sino del presente.
De estar presente.
Leí una frase una vez que me impactó tanto que la tengo grabada en mi memoria:
A veces no tienes que irte sino cambiar tu forma de quedarte.
Y hoy quiero darle un significado a esa frase, porque más allá de si te vas o te quedas, lo importante es estar presente. Aquí, o allá, pero apreciando cada minuto. Vivir en el ahora, aunque suene trillado y repetido, sin preocuparnos de qué va a pasar mañana. Nunca fui mucho de planificar, pero me he dado cuenta que mientras más vieja me pongo, más ansiedad me da pensar en el futuro, da la sensación de que cada vez te acercas más, como en un tren sin frenos, a esas cosas que antes veías muy lejanas.
Quiero cambiar mi forma de estar presente.
Quiero darle un nuevo significado.
Quiero recordar las razones que me trajeron aquí, y las razones por las que elegí quedarme.
Quiero elegir quedarme desde la consciencia, tomando responsabilidad de lo que quiero, y no de lo que otros esperan de mí.
Elegir.
Porque siempre tengo esa posibilidad, y es un privilegio.
No todo el mundo tiene el privilegio de elegir.
Dejar de calificarme a mí misma como “indecisa”, porque no lo soy.
Soy bastante decidida y mucha gente me percibe así. ¿Por qué yo no?
Cuando algo se me mete en la cabeza hago todo para lograrlo.
Contra todo pronóstico.
Contra viento y marea.
Tengo el poder de la decisión dentro de mi,
Entonces ¿por qué insisto en minimizar y esconderme detrás del adjetivo “indecisa”?
Voy a dejar de preocuparme.
Voy a dejar de pensar en lo que puede pasar mañana, o más tarde, o en un mes.
Planear sí, pero no al extremo.
Preocuparme no.
Porque conforme vaya llegando el momento vamos resolviendo.
Cada día con su propio afán.
Dejar que Dios se encargue del resto.
Que acomode las piezas del engranaje.
Que arme las piezas del rompecabezas.
Que vaya escribiendo mi historia
Sin pausa y sin apuro.
Que todo se va a ir acomodando
Mientras yo decida vivir el hoy.
Sin pausa y sin apuro.
-A
Darle un significado distinto a las cosas es la verdadera finalidad de cualquier terapia. Es casi magia. Te entiendo y me identifico muchísimo.