¿Te ha pasado que a veces ves fotos viejas y piensas “era feliz y no lo sabía”?
A mi me pasa todo el tiempo, y últimamente he estado pensando mucho en la insatisfacción. Vivimos el día a día esperando que vengan días mejores. Pensando que cuando te mudes a tal ciudad, o cuando consigas tal trabajo, o cuando te cases, ahí serás feliz. Pero llega un momento que vas cumpliendo con esa lista, vas tachando item por item, y te sigues sintiendo igual.
Mi psicóloga me mandó una tarea cuando le pedí una solución para la insatisfacción constante. Quisiera que fuera tan simple como una cucharadita de una medicina. La insatisfacción es algo que tengo arraigado en mí, por creencias limitantes, desde hace mucho tiempo. Mi insatisfacción se esconde detrás del perfeccionismo, del miedo y de la motivación. A veces siento que en cierta forma es el motor de mi motivación y lo que me mueve a hacer cosas. Y a veces siento que me paraliza por completo.
Gracias a mi insatisfacción me he mudado de ciudades, he hecho nuevos amigos, he empezado y terminado muchos proyectos, y he renunciado a muchos trabajos.
Pero, ¿hasta qué punto voy a seguir persiguiendo algo que busque llenar ese vacío? Porque eso es precisamente lo que siento con mi insatisfacción constante: que para mí nunca es suficiente. Que si vivo en una ciudad quiero estar en otra, y que si me voy a la otra quiero volver a la inicial. Que cuando estoy con mucho trabajo me quejo, pero cuando tengo mucho tiempo libre también. Es una energía de queja. De siempre estar pensando cómo serían mejores las cosas si estuviera en otro lugar, o si hubiera hecho tal otra cosa.
Estoy cansada. Estoy cansada de vivir en una insatisfacción constante.
Así que sin más, me ofrecieron el antídoto: la gratitud.
La gratitud es como mezclar pintura. Es ponerle un poco de blanco a la pintura azul para hacerla más clara, más linda, más alegre.
La gratitud es quitarte los anteojos de queja, y empezar a ver las cosas bonitas.
La gratitud es una forma de ver la vida, y la queja también. La queja lleva a la insatisfacción, y la gratitud a la felicidad.
Así que la tarea por los próximos 21 días, para que se convierta en hábito, y posiblemente por el resto de mis días, es escribir 10 cosas por las cuáles estoy agradecida. En un cuaderno separado del que suelo escribir, para que sea un cuadernito exclusivamente de la gratitud.
Esperando encontrar en la gratitud el antídoto de la insatisfacción.
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Me esperaba esto después de esa larga conversación de anoche. Impecable ... como siempre!! 👏👏
Le doy Gracias a Dios por esa mente brillante con la que te dotó!! Sigue usando tus talentos para escribir cosas que la gente necesita leer 😘