Estoy en una misión para recuperar mi flow. Y no estoy hablando de términos musicales ni de estilo personal.
Esta semana empecé a leer el libro Stolen Focus, del autor Johann Hari. En español se llama ‘El valor de la atención’. He leído ya varios capítulos, pero el que más ha llamado mi atención ha sido el segundo. Desde hace algún tiempo he estado en una lucha constante con mi capacidad de concentración, sintiendo que cada vez tengo menos control sobre ella, y que mi atención está tan dispersa como gotas de agua en el mar. He querido buscar culpables: mis hormonas, mi ciclo menstrual, mi estado emocional, sin saber que quizás la respuesta la tenía en la palma de mi mano (literalmente).
En este segundo capítulo, el autor habla de un término estudiado por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi: el flujo creativo, ese estado de concentración que es casi como un trance. Yo suelo llamarlo explosión creativa, y lo he experimentado muchísimas veces en mi vida, aunque cada vez con menos frecuencia. Es cuando estás tan concentrado en lo que estás haciendo que pierdes la noción del tiempo, solo importa el proyecto que tienes enfrente. En ese momento eres imparable, tu creatividad solo fluye.
Mihaly, a quien llamaremos por su primer nombre debido a lo complicado de su apellido, es conocido como el padre de la psicología positiva, se negaba a creer que el ser humano era víctima del sistema (aunque quizás sí lo somos). Mihaly encontró, al estudiar a varios artistas mientras pintaban sus cuadros, que efectivamente mientras lo hacían, entraban a un estado de flujo donde nada más parecía importar. Cuando el artista está en este proceso de creación, el tiempo se desliza. Entran en un estado de atención tan profunda y enfocada que no se ve en otro lado. Y de hecho, el proceso es lo único que importa, ya que no había ninguna motivación externa aparente que provocara este estado. Los artistas pintan porque aman el proceso de pintar, más aún que el resultado. Al igual que los escritores escriben simplemente porque aman escribir. Y mientras más alcanzan este estado en su día a día, más ‘felices’ son. El psicólogo después de estos hallazgos dedicó el resto de su vida profesional a investigarlo, y publicó varias obras que hablan del mismo tema: el flow creativo.
Una vez que entendemos este concepto, sabemos que este flow es algo que, como creativos, es sumamente importante incluir en nuestra vida. Sin embargo, en el mundo en el que vivimos actualmente, plagado de distracciones, no es tan fácil. Vivimos hiper-conectados, recibimos más información de la que nuestro cerebro puede procesar, y nuestros sentidos están constantemente estimulados, incluso todos al mismo tiempo. Estamos todo el día consumiendo y consumiendo data, contenido, información, noticias, sin dejar a nuestro cerebro ‘estar’. Descansar. Y para poder crear y sacar algo al mundo, necesitamos un ratito de silencio. Con los smartphones y el internet, tenemos en la palma de nuestra mano un mundo de posibilidades, que sin duda tienen su lado positivo, sino ¿cómo nos mantendríamos en contacto con nuestros seres queridos que están a miles de kilómetros de distancia?, o ¿cómo compartiríamos nuestras pasiones con el mundo?
Ya no podemos simplemente “relajarnos” para entrar en el flow. En el libro, Hari expone que hay 3 formas de ‘ayudarnos’ para alcanzarlo:
Elegir una meta específica y dejar lo demás mientras lo haces. Enfocarte en hacer una cosa a la vez. No al multitasking, si al monotasking. Las distracciones y el multitasking matan el flow.
Hacer algo que es importante para ti. Es más probable que entres en este estado de flow si eliges algo que realmente te guste, te interese o te apasione. A mi me pasa que entro en este estado fácilmente cuando leo, escribo, dibujo mandalas, o me enfoco en hacer algún proyecto creativo que realmente me encante.
Mantenerte dentro de tus habilidades, pero asegurarte de que lo que quieres hacer no sea ni muy fácil, porque te puedes aburrir, ni muy difícil, porque te vas a sentir estresado. Tiene que tener el nivel de dificultad justo para que te mantenga enganchado.
Está comprobado que mientras más momentos de flow tengas en tu vida, mejor te vas a sentir. También está comprobado que las pantallas (principalmente del celular) son los ladrones #1 del flow. Es básicamente imposible concentrarse en hacer algo si estás todo el tiempo abriendo cada notificación que te llega. Te lo digo yo, que trabajo creando contenido para redes sociales, y todos los días lucho con mi atención para poder terminar todos mis pendientes.
¿No es lógico entonces que busquemos conscientemente enfocarnos en esas cosas que nos hacen entrar en este estado de flujo creativo? Esas cosas que, según Mihaly, hacen que la vida valga la pena.
No me bastó con leerlo y quise ponerlo a prueba. Quise saber si de verdad puedo entrar más rápido en este estado que tanto anhelo, si dejo mi celular a un lado. Así que al día siguiente me prometí no verlo hasta una hora después de despertarme. Me levanté a las 6:30 AM, paseé y alimenté a mi perro, me hice desayuno y café y me senté a escribir en mi journal. Sin el celular cerca, noté que pensaba con más claridad. Llené 3 páginas con una rapidez nunca antes vista. Sentí que de alguna forma mi mano se conectaba mejor con mi cerebro. Pasaron 2 horas y ya no quería ni ver mi celular. Me sentí tan bien. Ese día pude concentrarme mejor al hacer mi trabajo.
Y en mi sesión de escritura matutina llegué a algunas conclusiones que nunca más quiero olvidar.
Me prometí a mí misma buscar activamente estos ratos de flow. No quedarme sentada esperando que lleguen, porque sé que no va a pasar (no mientras siga viviendo en este siglo).
Quizás mantener las distracciones a raya durante todo el día es imposible, y no todos tenemos la posibilidad de dejar las redes sociales e irnos a vivir a una cabaña en medio de la montaña (la verdad, yo preferiría en la playa). Pero con una hora al día de flow me conformo.
Quién sabe todo lo que puedo crear en esa hora de enfoque sin interrupción, día a día, poco a poco.
Más flow, menos distracciones. Tal vez si es la receta para ser más feliz.
Cuéntame, ¿cuáles son esas cosas que te hacen entrar en tu flow creativo?
Te leo.
Con amor, y mucho flow,
-Adri
Wow, todos deberíamos de leer esto que acabas de escribir, es un regalo!!! Te mando un abrazo!!!
Me encantó el tema, es tan acertado lo que dices. El multitasking mata el flow, el querer hacer todo al mismo tiempo da como resultado cosas soulless. Sin duda agrego este libro a mi lista, gracias por la recomendación!