Me inventé este término hace algunos años para describir ese proceso por el que suelo pasar a veces cuando estoy creando algo. Son momentos de mucha lucidez creativa, donde mis ideas fluyen y se materializan muy fácilmente. Generalmente están acompañados de mucho silencio, o quizás un jazz suave que lo acompaña, pero casi nunca de otro tipo de música, a no ser que se trate de un proyecto creativo sin palabras, como pintar mandalas. Cuando hice mi libro de colorear de mandalas, me acompañó toda la discografía de Jorge Drexler, porque sus letras no tenían cómo mezclarse con mis dibujos. El silencio a veces es el mejor acompañante, porque no interfiere con la lluvia de ideas dentro de mi cabeza, y de pensamientos que suelen ir a mil por hora.
El tiempo también es importante en estos momentos, aunque a veces suelo perderlo de vista y hacerlo flexible, pero el tiempo es el factor más importante, porque sin él, la explosión creativa simplemente no sucede. Cuando tenía un trabajo con horario de oficina, me costaba mucho llegar a ese punto, porque mi tiempo se veía normalmente copado con otras actividades y listas de tareas pendientes. Pero cuando logro tener libertad con mi tiempo, ahí me aseguro de dejar ratos, días enteros o incluso semanas para dedicarme a crear.
A veces puedo parecer antipática por querer estar sola, pero este quizás es mi mecanismo de defensa más grande. Debo cuidar mi tiempo y mi energía para seguir creando y mantenerme en ese constante flujo creativo, que es como flotar, como entrar en un trance, absorta en mis propios pensamientos.
Durante estos días no suelo salir mucho, pero siempre priorizo algún tipo de movimiento. Si es al aire libre, mejor. Moverme hace que todas esas ideas circulen por mi cuerpo, de alguna forma. Les da libertad y confianza para salir.
Paz. Mental y emocional. Necesito mucho de esto, porque sin sentirme en paz no puedo lograr mucho. Como las mentes creativas suelen ser ansiosas, debemos activamente buscar la paz, no relajarnos y esperar que aparezca solita (nunca me pasa). Tengo que hacer cosas por mi bienestar emocional para estar equilibrada. Terapia, journaling, límites, movimiento, auto-cuidado. Todo se entrelaza.
Las explosiones creativas quizás no son tan comunes en mi vida últimamente, pero una de mis metas este año es darles cada vez más espacio y lugar en mis días. Quiero vivir una vida llena de explosiones creativas.
Porque ahí en esos ratitos está la magia.
Me encanto!!! Y comprendo muchos de esos aspectos que mencionas. Muchas veces me siento igual. Divertirse y disfrutar esos momentos creativos te ayudan a que fluyan con mas facilidad !! ❤️