¿Por qué siento que soy realmente yo cuando viajo? Insisto en menospreciar a la Adri de la rutina, la Adri que está en casa, y me siento como otra persona totalmente cuando me voy de viaje a algún lado. ¿Por qué la Adri viajera se siente tan liviana, tan auténtica…tan libre?
¿Y cómo puedo traerla a mi realidad, a mi día a día? Una vez lo escribí, cuando volví de un viaje a Galápagos, que quería vivir como de vacaciones. Y constantemente me veo en la necesidad de volver a leerlo para recordármelo a mí misma.
En mi rutina a veces me aburro, siento que no tengo nada nuevo que contar y que mi vida realmente empieza cuando piso el aeropuerto, mientras tanto, vivo como en una pausa constante, esperando mi próximo viaje para empezar a vivir. O para retomar mi vida.
No me malentiendas, si disfruto mi rutina cuando estoy acá. Me encanta estar en mi casa, cuidar a mi perro y cocinar en mi propia cocina, pero la rutina me pesa algunos días, y mientras más tiempo paso ahí, más difícil es salir. Por eso siempre busco moverme, cambiar de aires, para extrañar mi rutina y volver a ella con satisfacción.
Esta semana me la he tomado para re-adaptarme a mi rutina, con algunos cambios. Dejé el café, que es una parte muy grande y muy importante de mi día. Y la vida sin cafeína es muy difícil. Me gustaría decir que me siento con más energía, pero hasta ahora ha sido todo lo contrario. Me siento débil, cansada, y con sueño todo el día, sin mencionar a los potentes dolores de cabeza que me ha provocado esta abstinencia de café. Espero que valga la pena, porque es un detox de 30 días (quizás de más, pero vamos poco a poco para no agobiarme). Espero que mi cuerpo lo agradezca, y que pueda ver un cambio significativo en mi energía como medalla por haberlo logrado. O quizás la medalla está en el proceso, en todo el esfuerzo que implica para mí, emocional, mental y físicamente, sacar al café de la ecuación.
Mi búsqueda de esta semana ha sido:
¿Cómo creo una nueva rutina que me emocione todos los días?
Quiero redefinirla.
Volver a enamorarme de ella.
No depender de algo externo que la condicione.
Apreciar los espacios en blanco.
Saborear las pausas.
Tomar momentos para mí.
Sustituir por cosas que me hacen bien.
No ser tan dura conmigo misma.
Entregarme al sueño. Quizás era la cafeína la que me mantenía despierta hasta altas horas de la noche, y yo echándole la culpa a la creatividad. Esta semana me he dormido 2-3 horas más temprano de lo habitual y se siente muy bien poder descansar.
Y en esta travesía de 30 días sin café (con el dolor de mi alma, y de mi cabeza), lo voy a tomar día por día. Porque si lo miro de lejos parece muy grande, y eso acelera mi ansiedad.
Le estoy dando un break a mi cuerpo y a mi mente. Para que se estimule sin necesidad de usar la cafeína como impulso. Es duro, pero vamos paso a paso. Día por día.
Deséame suerte,
-A
Cuéntame qué nuevos hábitos encontraste en tu día que te dan placer...el café en las mañanas es uno de ellos para mi...
Esto es mientras haces la transición. Ya verás q te irá mejor dentro de unos días cuando tu cuerpo asimile el cambio y acepte una dosis menor de cafeína. Paralelamente mejorará tu ánimo, digestión y salud.