Hace tiempo vi un Tiktok (me preocupa la cantidad de veces que empiezo un artículo diciendo eso, pero es que realmente hay Tiktoks muy buenos que te hacen pensar) de una chica que contaba que siempre tienes que tener algo que te salve el día. Que a veces la rutina diaria se vuelve monótona y aburrida, y nos olvidamos de incluir en nuestro día cositas pequeñas que lo hagan un poco mejor. Por ejemplo, si pasas la mayor parte de tu día trabajando, salvar el día implica incluir algo bueno para reclamar el día como tuyo.
Salvar el día para algunos puede ser tomarte tu café en tu taza favorita, planificar un partido de tenis con amigos, salir a caminar antes de irte a trabajar, o quizás cocinarte una cena nutritiva y deliciosa. Desde entonces estoy mucho más consciente de cuáles son esas pequeñas cosas que me salvan el día. Ahora conscientemente decido incluirlas en mi día, y esto me ha ayudado a tener algo bueno que esperar siempre. Es como una especie de ansiedad pero al revés: cuando la ansiedad te preocupa por cosas del futuro que tienes que hacer, salvar el día te da paz porque sabes que puedes contar con ese pequeño rato de felicidad.
Por lo general suelo incluir este tipo de cosas en mis días, porque soy freelance y tengo la libertad para organizar mi tiempo. Pero al ser mi propia jefa también puedo ser una tirana, no respeto mis propios límites y termino en burn-out. Muchas veces me quedo trabajando más horas que una persona que tiene un trabajo de 9-5, hasta altas horas de la madrugada, y eso es porque la línea entre mi trabajo y mi vida personal es muy delgada y a veces cuesta distinguirla. Muchas veces es por falta de organización, y eso me lleva a un punto de frustración que se vuelve un círculo vicioso, y se repite. Pero cuando logro salir de ese ciclo, siempre salvo mi día con varias cosas: algún tipo de ejercicio, llamar a mis papás por Facetime, leer un libro que me encante, salir a pasear a mi perro.
Hoy no tuve un día tan bueno. Tampoco he tenido un mes muy bueno, en cuanto a mi salud mental. Y encontrar estas pequeñas cosas que me salven me ha mantenido cuerda.
Lo bueno de los meses malos es que se acaban. Siempre viene uno mejor.
Lo bueno de los días malos, es que se acaban. Siempre viene uno mejor.
Y puedes salvarlos. Agregando una pequeña cosa que te traiga alegría.
Piensa en estas pequeñas cosas como si fueran una gota de acuarela en un lienzo blanco enorme.
El lienzo es tu vida.
Y con miles de gotitas de pintura todos los días puedes hacer una obra de arte hermosa.
Cuéntame, ¿tú cómo salvas tu día?
- A
Conectando con la gente, saliendo a la calle, mirando el cielo 🫶✨ gracias por compartir Adriana, creo que resuena mucho lo que dices en estos tiempos
¡Bailando con mis hijos y mi marido!