El 22 de Abril fue el día de la Tierra y casualmente, lo pasé en uno de mis lugares favoritos en este mundo. Una casa en la playa, en la costa de Ecuador, en donde no hay más personas en un radio de 2km. Eventualmente pasan pescadores, pero vienen y van. Nadie te molesta. Tienes el mar para ti solo. En la noche ves las estrellas. Ese día vi tortuguitas bebés yendo al mar por primera vez, vi una luna casi llena, miles de estrellas, y dormí con el sonido de las olas. Sé que este post está quizás dos semanas atrasado, pero ese día estuve tan conectada con la naturaleza que le escribí algo a la Tierra.
Parte de mi Terapia Creativa es conectar más con la naturaleza. Este año fue una de mis resoluciones de año nuevo, ir al mar por lo menos una vez al mes. Estoy leyendo un libro llamado ‘Blue Mind’, que habla de cómo estar cerca o en el mar nos hace mejores personas, más creativos, más felices, más conectados con lo Divino. Al terminar este libro, tengo otro en mi lista de espera llamado ‘The Nature Fix’, que habla sobre un tema parecido. Pasar tiempo en la naturaleza me recarga, me llena de energía, disipa mis nubes negras mentales, me baja el cortisol. Me hace bien.
Te dejo acá lo que le escribí a la Tierra ese día. Espero que al leerlo te imagines y sientas un poquito de esa paz que yo estaba sintiendo esa mañana lluviosa, mientras tomaba mi café.
El vaivén de las olas.
Las sinfonías de Bach acompañan el paisaje.
La línea del horizonte clara y lejana.
Cientos de mariposas revolotean alrededor.
Las gotas de lluvia dejan de caer en el suelo.
El viento sopla y las nubes se mueven a toda velocidad.
El verde en la montaña amaneció muy intenso.
Contrasta con el blanco lluvioso del cielo.
Mis pensamientos van rápido como el piano clásico.
Me inspira a pintar. A plasmar este momento en una foto, a describirlo con palabras.
El último sorbo de café, amargo y dulce al mismo tiempo.
Se enfría al ritmo de las olas.
En el mar no hay tiempos.
Solo está el aquí y el ahora.
No lo mides en minutos, lo mides en el tiempo en el que se mueven las nubes.
No mides en segundos, sino en el tiempo que transcurre entre ola y ola.
No hay horas, solo hay instantes.
No hay apuro.
No hay urgencias.
Nadie requiere nada de ti.
Puedes escapar.
Escapas, recargas y sigues.
Lejos de las pantallas, lejos del ruido.
Cerca de la claridad.
Cerca de la libertad.
Oda a la libertad a la tranquilidad 👏👏👏. Excelente!!