Mi wellness journey empezó hace mucho tiempo desde que Sascha Fitness se puso de moda, empecé a hacer sus pancakes de avena y a aprender mucho de nutrición y salud. Desde entonces, el tema me ha interesado mucho y he buscado infinidad de libros, artículos, documentales e información en general sobre el impacto que los alimentos tienen en nuestro cuerpo.
Desde hace algún tiempo que he estado muy consciente de lo que consumo, guiada por ciertos malestares que me estaban provocando algunas comidas y curiosamente, cierto contenido.
Me parece muy interesante comparar la comida y el contenido que consumimos, porque ambos tienen muchas similitudes. Te pueden alimentar y nutrir, o te pueden enfermar. Para cualquiera que medio sabe algo de nutrición, está claro que el azúcar envenena, igual que la comida procesada y que mientras más natural sea nuestra dieta, mejor.
De alguna forma, veo las redes sociales de la misma manera, y últimamente me he enfocado mucho en ver los efectos que el contenido que estaba consumiendo estaba afectando mi salud.
Quizás para muchos puede ser exageración, pero me di cuenta que en cierto momento, perdía horas de mi día, que se me hace corto para todo lo que quiero hacer, en ver qué están haciendo otras personas con su vida. Esto, visto desde afuera y muy objetivamente, me pareció sumamente ridículo. Es el equivalente a estar espiando o chismeando sobre la vida de las personas, por simple curiosidad. Pero realmente, ¿estaba aportando algún valor a mi vida?
Decidí ponerme un límite a mí misma. Casi tan difícil como resistirse a un helado o a un dulce delicioso. Me prometí pasar un fin de semana viviendo el presente, sin mirar tanto Instagram ni sentarme por horas a ver historias de otras personas. Decidí sacar mi cuenta personal de mi celular.
Los primeros dos días, debo confesar, fueron duros. Me di cuenta que mi mano automáticamente entraba a la aplicación sin yo poder controlarla. ¿Dónde quedó mi fuerza de voluntad y por qué mi celular me estaba controlando? A pesar de todo, evité a toda costa abrir redes sociales, y aproveché el fin de semana porque mi trabajo no me exigía usarlas. Después de un par de días, cual drogadicto en abstinencia, mi adicción empezó a mejorar. Me di cuenta que mi día se sentía mucho más largo. Me dio tiempo de cocinar, jugar un partido de tenis, leer libros, ver películas, pasar tiempo con mi mascota, e incluso socializar un poco. Me sentí de vacaciones en mi propia casa.
Las redes sociales son mi azúcar: tienen un sabor muy dulce y agradable, pero no me hacen bien, si lo consumo en exceso me enferma, y es extremadamente difícil de dejar (los primeros días). Pero una vez que las dejas te sientes tan bien que te preguntas si vale la pena volver. Y eventualmente vuelves a caer, porque es poco sostenible una vida sin azúcar (o sin redes sociales). Es una montaña rusa, un sube y baja, como los picos de glucosa que te puede provocar una torta de chocolate y luego el bajón de energía que deja cuando pasa el efecto de la dopamina.
La dopamina que generan las redes sociales es real. Y si no ponemos un límite a nosotros mismos, nos consume. Por eso hoy quiero hablar de este tema, porque lo vengo pensando desde hace mucho y escribirlo lo hace real. Así que hoy voy a dejar mis mejores tips para superar la adicción a las redes sociales.
No mirar el celular 1 hora después de despertar y 1 hora antes de dormir. Cuando lo haces, generas cortisol, y el que sufre es nuestro sistema nervioso y hormonal. Estoy tratando de implementar esto de dejar el celular por lo menos una hora antes de acostarme, y dedicarme a hacer otra cosa como leer, y no verlo hasta una hora después de levantarme, y aprovecho este rato para hacerme desayuno, hacer journaling y organizar mi día, antes de ver el celular.
Pon un límite de tiempo. Si no tienes la fuerza de voluntad para hacerlo por tu cuenta, la mayoría de los teléfonos vienen con un límite de tiempo donde te cierran el app si lo usas por más del tiempo determinado. También puedes chequear tu screen time, para ver en cual app es donde pierdes más tiempo y limitarlo conscientemente.
Busca un hobbie fuera de lo digital. Para mi es muy difícil decir esto porque prácticamente crecí con mis hobbies digitales, mi trabajo implica usar una computadora y celular, y redes sociales. Pero me estaba dando cuenta que el tiempo que no pasaba trabajando, también era ocupado por las redes sociales. Así fue como empecé a hacer journaling en un cuaderno físico escribiendo a mano, volví a jugar tenis y a caminar con mi perro.
Haz un detox digital. Me di cuenta que me sentía peor cuando veía el contenido de ciertas personas. Mi consejo es que las dejes de seguir, o si no puedes dejar de seguirlas por compromiso social, ponlas en mute. Así no te aparecen sus historias ni posts. He muteado, dejado de seguir, y bloqueado a tanta gente en Instagram por mi paz mental, y lo volvería a hacer mil veces.
Crea más de lo que consumes. Esta es mi meta mayor. Soy creadora de contenido y necesariamente tengo que entrar a redes sociales todos los días, pero estoy intentando entrar solamente para subir mis fotos/videos/posts y no tanto para consumir el contenido de otras personas. Cuando hago esto, me siento mucho mejor, más productiva, más tranquila, más en paz.
La última y más importante: desactiva las notificaciones. Créeme. Esto es un game-changer. No tengo ni idea cómo hace la gente que tiene activas las notificaciones en su celular. Cada vez que yo escucho el sonido de una, me altera el sistema nervioso y me sube el cortisol, así que opté por tener mi celular siempre en silencio. Casi siempre en “No molestar”. Entro a verlo cuando puedo y no cuando el celular me quiere robar mi atención de cualquier cosa que esté haciendo.
Recuerda que un poquito de veneno no te va a matar. Pero está en ti aprender a controlarlo.
Pendiente para leer:
El libro Stolen Focus, habla precisamente de esto y de cómo la tecnología está diseñada para hacernos perder nuestro enfoque y pasar distraídos. (No lo he leído pero está en mi lista)
Otro libro que me llamó la atención y que no he leído:
Por una vida donde obtengamos más dopamina de forma natural. Te recomiendo los libros y el podcast de Marián Rojas Estapé, una psiquiatra que habla mucho del tema.
Feliz Lunes,
-A
Buenisimo tus consejos! Espero que todo el que lea los ponga en práctica!!! Yo ya quite mis notificaciones 👍❤️❤️
Excelente como siempre 🐝. Muy cierto!!